El Líbano sufrió ayer otro golpe contundente a su ya deteriorada situación socioeconómica, con dos explosiones en la zona portuaria de Beirut que dejaron muertos y heridos, hospitales destruidos o desbordados e impactantes imágenes que dieron la vuelta al mundo apenas ocurridos los hechos. Ocurrió en un momento en que el país atraviesa una profunda crisis política y económica que data de hace años, a la que se le suma otra sanitaria debida a la pandemia del coronavirus y que agravó la situación del golpeado gobierno de coalición.
Por lo menos 73 personas murieron y unas 2.500 resultaron heridas. La explosión se produce en uno de los peores momentos en la historia del Líbano y tres días antes del veredicto en el juicio por el asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri en 2005.
Las autoridades esperan que el número de muertos aumente a medida que los trabajadores de emergencia cavan entre los escombros para rescatar sobrevivientes y retirar los cuerpos. Estamos presenciando una gran catástrofe”, dijo el jefe de la Cruz Roja del Líbano, George Kettani, a la emisora Mayadeen. “Hay víctimas en todas partes, en las calles y áreas cercanas y lejos de la explosión”.
Una tucumana que tiene familiares en Beirut, y que prefirió no dar su nombre, contó que varios sufrieron lesiones leves y que estaban siendo controladas en el hospital. “Hubo una onda expansiva (que afectó) a 10 kilómetros a la redonda. Ellos escucharon la explosión, los vidrios y puertas de su departamento quedaron destruidos”, explicó a LA GACETA.
Sobre el origen de la explosión, dijo: “Hay muchas versiones, pero lo tomamos con cuidado, ya que es un tema sensible y aún no se sabe qué pasó exactamente”. Sus parientes le contaron que la población de la capital está confinada en sus casas porque quedaron flotando vapores de ácido nítrico en el ambiente, un gas tóxico que cubre el cielo como una nube anaranjada.
La explosión más poderosa que se registró en Beirut en años sacudió el suelo e hizo pensar a los residentes que se había producido un terremoto. “Vi una bola de fuego y humo. La gente gritaba y corría, sangrando. Los balcones fueron arrancados de los edificios. Los cristales de los rascacielos se rompieron y cayeron a la calle”, dijo un testigo.
Aturdidos y llorando, algunos heridos buscaban por las calles a sus familiares. Tres horas después de la explosión las llamas aún ardían en el distrito portuario, los helicópteros pasaban y las sirenas de las ambulancias retumbaban en la capital.
El ministro del Interior dijo que la causa de la tragedia fue la explosión de material inflamable incautado hace años y que estaba almacenado en el puerto. Luego, el funcionario dijo que en el lugar había se almacenado nitrato de amonio desde 2014. (Télam-Reuters)